Era todo un caballero desde el punto de vista que se le mirara, sus buenos modales y rectitud hacían parte de su vida. Combinó este don de buena persona con las de un hombre luchador por las libertades democráticas, especialmente por el sindicalismo al que dedicó toda su vida. 

Jorge Noel Robayo Díaz, tenían un carácter recio y unos principios indeclinables e innegociables, cuando se trataba de defender causas justas como fueron todas las que abrazó a lo largo de sus 83 años. Hasta el último respiro fue para defender una razón libertaria.

Inició su lucha en 1957, asegún Ananías Hernández, otros dirigente sindical y compañero de Robayo, en la fundación del Sindicato de Trabajadores de Cementos Diamante, que posteriormente dio paso al Sindicato Único de Trabajadores de la Industria del Cemento y Materiales de Construcción (Sutimac), el primero de base y el segundo de industria, donde liberó batallas en defensa de los trabajadores de ese sector como del movimiento obrero en general. 

También ejerció como Secretario General de la Federación de Trabajadores del Tolima (Fedettol), filial de la Confederación Sindical de Trabajadores (CSTC), de tendencia de izquierda que desapareció al formarse la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). 

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Robayo Díaz, luego fue dirigente de la Asociación de Pensionados de la Instruía del Cemento y de la Junta de Acción Comunal del barrio San Simón parte Alta, al sirvió de las cuales trabajó hasta los últimos días de su vida.  

Pero al tomar en su conjunto, la vida de Jorge Noel Robayo, tenemos en suma que fue un incansable luchador por sus ideas y contra las injusticias, por algunos periodos y en épocas aciagas fue concejal por el partido comunista de Ibagué; estuvo vinculado como dirigente del movimiento obreros a las luchas estudiantiles, a la manifestación social y política y dejó un legado a la nuevas generaciones de fidelidad a sus principios y de luchador contra las injusticias. 

Héctor Gonzáles, compañero de luchas de Robayo, dijo que con su muerte de va un “legado de lucha, de buen trato, de honestidad y de incomparable amigo”. 

Robayo, estaba casado con Amanda Rodríguez, y deja dos hijos: Jorge Luis y Nidia Marcela Robayo Rodríguez. 

Su cuerpo permanece en la sala D –tercer piso- de la funeraria Los Olivos, y sus exequias se cumplirán este lunes 10 de octubre, en la iglesia del Carmen a las 2:30 de la tarde, y su cremación se realizará en el parque Cementerio Los Olivos.