Nada más extraño que unas personas comprometidas hasta la médula con la corrupción y el desastre del gobierno anterior de Luis Hernando Rodríguez, en la alcaldía de Ibagué,  hoy posen de santas palomas y promuevan la supuesta revocatoria del mandato del alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo.

¿Tendrán autoridad ética y moral para impulsar tal propuesta? Es la pregunta que salta a la vista.

La gente  quiere saber: ¿Por qué no hicieron lo mismo con el nefasto Luis H.? ¿Luego no se dieron cuenta de todo lo que acontecía a su alrededor? ¿Por ejemplo qué rumbo tomaron,  y la inversión verdadera del empréstito de los 100 mil millones de pesos, que aprobaron los mismos concejales que hoy promueven la descabellada idea en la pasada administración?  ¿Qué trabajo realizaron para impedir que se robaran los 96 mil millones de los Juegos Nacionales y la destrucción de los escenarios que habían? ¿No se dieron cuenta de lo que estaba pasando en el IBAL, cuando lo estaban acabándolo y desprestigiándolo, para luego quedarse con la empresa a precio de huevo a través de testaferros?

Estos son los interrogantes más grandes y de bulto que hay para hacerles, dejando de lado toda la feria de contratos menores y el despilfarro de fondos públicos en las parcelas que tenían Jorge Tulio Rodríguez y Jesús María Botero. ¿O tampoco se dieron cuenta que los que gobernaban eran "Los Trillizos"? ! Válgame  Dios qué inocencia la de estos revocadores¡

En algunos medios de comunicación local, se informa que dentro del grupo de conspiretas se encuentran los concejales Jorge Bolívar y Carlos Portela del partido conservador, y Humberto Quintero, de Cambio Radical, todos ellos beneficiados por las mieles de Luis H.  Igualmente, señalan que este comité cuenta con el soterrado  apoyo de los ex alcaldes Jesús María Botero y Rubén Darío Rodríguez, ahora los mejores amigos, y del ex candidato a la alcaldía Ricardo Ferro.

Sobre la financiación para la campaña revocatoria del alcalde Jaramillo, en grupos ambientalistas y allegados al mandatario local, se afirma que los recursos previenen  de una empresa multinacional minera con intereses en Ibagué y Cajamarca, de un poderoso empresario enemigo personal y político del alcalde desde hace varios años y, posiblemente, de una ayudita de la gobernación del Tolima. Por dinero no tienen problema, falta saber si les alcanzan los votos.

Todos los que promueven la campaña de revocatoria tienen en común que sus intereses personales, de su empresa política o intereses económicos están en riego o amenazados por la actual administración, como contratos, puestos, legalización de terrenos ejidales por parte del municipio, y todas las gabelas que les tenían con Luis H. para tenerlos contentos, y,  a quien, le votaron hasta las foto multas en el concejo.

Consideramos que pese a los errores que ha cometido G.A. Jaramillo, como el contrato del alumbrado navideño, el convenio con la mamá de su ex asesor de confianza, Camilo Páramo, ya retirado del gobierno, los pesebres de Infibagué, también renunciado el gerente.  como el declarado desierto por menor cuantía de la alquiler de un equipo de sonido; hasta el momento, no han tenido ninguna implicación fiscal, disciplinaria o penal, que se le pueda cuestionar por malos manejos al alcalde. Y esto, no es motivo  para una revocatoria. Peores cosas han patrocinado los concejales de marras.

Jaramillo como buen guerrero también tiene su talón de Aquiles, que será motivo de un comentario especial, pero nadie hasta el momento, puede decir con pruebas, que es un asaltante de los recursos públicos, como si se puede hacer con Luis H. y compañía, los amigos y patrocinadores de quienes promueven la derogatoria.

Esta absurda idea de revocatoria, es algo así como la sentencia popular: Los pájaros tirándole a las escopetas.