Por: Oscar Javier Arciniegas Garzón

Hace días quería escribir sobre la mentira, y al exponerlo también sobre la verdad, pues en esta pasada contienda electoral se develó una realidad latente en muchos colombianos al hacerlo por redes sociales o en conversaciones en la vida diaria.

Por otro lado, hace unos días en una conversación con un grupo de amigos salió el tema, exponiendo que decir la verdad era lo mejor que uno debía hacer, pues las personas expresan abiertamente que es lo que desean y esperan de los demás. Sin embargo, surge la pregunta ¿Las personas realmente están preparadas para escuchar la verdad? La respuesta se puede encontrar en la cotidianidad.

Un ejemplo es cuando los padres les piden a sus hijos que les diga sinceramente si perdieron alguna asignatura antes de la entrega de boletines y precisamente el hijo les responde que sí e inmediatamente llega la descarga de ira del padre y las consecuencias que ya muchos se imaginan. Otro ejemplo es cuando en la pareja una de las partes le pregunta a la otra si siente atracción o le gusta alguien y le responde que sí y empieza la discusión y la cadena de retórica cargada de enojo. El área laboral no escapa a esta situación, cuando un empleado deja de cumplir una tarea, la razón no es de peso y se la comenta al jefe, éste obviamente hace lo esperado para esos casos. Así podrían existir muchos ejemplos que conllevan a que las personas utilicen la mentira como una forma de relacionamiento y de escusa constante.

Por lo anterior, es importante antes de pedir verdades preguntarse así mismo si está preparado para escucharlas y sobre todo preguntarse ¿qué va a hacer? si la respuesta que le diga la otra persona no es de su agrado porque siempre que se pregunta algo se desea escuchar una respuesta en específico y no una verdad, que en muchas ocasiones puede ser hasta dolorosa y terminan prefiriendo una cadena de mentiras que rodean la propia vida.

Por eso, la consigna en este artículo es promover la verdad en las relaciones entre padres e hijos, amigos, parejas, etc., pero antes de hacerlo es mejor prepararnos individualmente para manejar adecuadamente la verdad y no seguir incentivando la mentira, a través de los actos de irracionalidad que varias personas emplean ante estas circunstancias. Entonces ¿verdad o mentira?