En silla de ruedas como consecuencia de dos accidentes laborales, y aparte de eso,  suspendida del cargo por parte de la Secretaría de Educación de Ibagué, se encuentra la profesora Magnolia Guerra.

Un “empujón de pasillo” provocado  al parecer por un estudiante  en la Institución Educativa San Juan De la China de este mismo corregimiento, le ocasionó el primer inconveniente que la dejó con laceraciones en la médula espinal. 

Gracias a la oportuna atención medica prestada, logró superar ese inconveniente y así poder estar de nuevo en las aulas.

Años más tarde y sin imaginarlo, en la Institución Educativa Darío Echandía de la ciudad de Ibagué, es víctima nuevamente de los pasillos y con un resbalón inesperado se reactiva la lesión de la médula espinal. 

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Con el pasar de los meses su dolor se intensificó y en esta ocasión la indiferencia de la entidad de salud ToliHuila, se hizo notar. 

Sin importar los largos años de entrega de Magnolia a la docencia, esta entidad que es la encargada de brindar el servicio de salud a los docentes del Tolima, le negó el derecho a su  rehabilitación.

Magnolia, quien tiene 54 años de edad, ha instaurado varias tutelas para solicitar el servicio de salud digno y adecuado a sus necesidades, pero hasta el momento todo ha sido infructuoso. 

La Secretaría de Educación Municipal de Ibagué en cabeza de Tatiana Aguilar, ha hecho caso omiso a la situación que enfrenta Magnolia, lo que no le ha permitido continuar con sus terapias, las cuales son necesarias para volver a caminar y seguir ejerciendo su labor docente.

Como Magnolia, son miles los casos de docentes que tienen que acudir a la tutela para que los atiendan.

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"El trato que recibimos los docentes en atención de salud es oprobioso e indigno", le contó a El Cronista.co un docente que pidió reserva de su nombre.

Recalcó que es indigno el trato que reciben, porque el servicio de salud no es gratuito "a nosotros nos descuentan del salario y no es cualquier descuento, por esa razón y otras más es que protestamos", dijo.