Periodismo de análisis y opinión de Ibagué y el Tolima

Actualidad

El adiós a Armando Castro

El adiós a Armando Castro

Por: Humberto Leyton


Sus familiares y amigos de Cali van a extrañar la ausencia de Armando Castro en la Feria de la Sultana del Valle, en este diciembre. Era su religión: no perderse Feria así tuvieran que salvar obstáculos y saltar matones.

Sus deseos fiesteros no le permitan perderse este evento los fines de año. Decía que era el mejor carnaval y fiesta que conocía y la gozaba de principio a fin. Era lo mínimo que podía pensar y hacer un hombre que vivió su vida y que la interpretó de la mejor manera al estilo de la canción del inolvidable Frank Sinatra:

My Way (A mi Manera).
Tal vez lloré o tal vez reí
Tal vez gané o tal vez perdí
Ahora sé que fui feliz
Que si lloré, también amé
Puedo seguir hasta el final
A mi manera. 

Esta estrofa quizá defina de manera metafórica todo lo que fue ese hombre que sin mayores preocupaciones, no le importaba la crítica ni lo que dijeran de él. Vivía y gozaba su vida y punto, el resto le importaba un bledo. 

Con su maletín de vendedor de relojes, gafas, carteras para hombre y otros implementes no le interesaba donde lo esperaba la noche o el amanecer. Cualquier hora del día o de la noche eran igual para él.   

Su trabajo o rebusque lo llevaron a relacionarse con jueces, abogados, políticos y uno que otro periodista. Fue santofimista hasta el final de sus días. 

El trago, los amigos y las mujeres de dudosa reputación eran los portaestandartes que exhibía como premio en sus permanentes farras. 

Combinaba su vestimenta y calzado de calentano de Chicoral con pintas coloridas del caribe o de ganadero en ascenso. Un sombrero alón y un poncho de cualquier estilo lo distinguían en cualquier lugar. 

Armando Castro, fue un hombre alegre, descomplicado, fiel amigo, según palabras de Alberto Santofimio Botero, que murió a los 71 años de edad, al sobrevenirle un infarto cardiaco en su casa de límites con el parque Centenario en la tarde de este miércoles 15 de octubre, y que solo pudo gozar su pensión un año. 

Murió en su ley, y fue feliz. 

Eterna paz en la tumba de Armando Castro, y nuestra solidaridad con toda su familia

Siguenos en WhatsApp

Artículos Relacionados