La depresión afecta a más de 280 millones de personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cada año, más de 700.000 personas pierden la vida por suicidio, muchas de ellas como consecuencia de esta enfermedad.

Con motivo del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, Ángela Gissette Caro, docente de psicología del Politécnico Grancolombiano, comparte información clave para identificar señales de alerta, prevenirla y brindar apoyo a quienes la padecen.

La depresión es una condición que trasciende la tristeza ocasional y afecta profundamente la vida diaria. Según la docente, los síntomas más comunes incluyen:

•          Tristeza persistente y sensación de vacío.

•          Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.

•          Fatiga crónica y falta de energía.

•          Cambios en los patrones de sueño y apetito.

•          Dificultades para concentrarse y pensamientos recurrentes de inutilidad o muerte.

A diferencia de otros trastornos como la ansiedad, que se caracteriza por preocupación excesiva, o el estrés, asociado a reacciones puntuales ante eventos específicos, la depresión implica una visión negativa constante de uno mismo, del entorno y del futuro.

Señales de alerta tempranas

La detección oportuna es clave para evitar que los síntomas se agraven. La docente explica que las señales iniciales de un cuadro depresivo incluyen irritabilidad, alta sensibilidad emocional, aislamiento social progresivo y dificultades para dormir o alimentarse.

“Es importante no ignorar estas señales y buscar ayuda profesional. Hablar con alguien de confianza puede ser el primer paso para acceder a la atención necesaria. La intervención temprana aumenta significativamente las posibilidades de una recuperación más rápida y efectiva”, afirmó Caro.

Estrategias para prevenir y apoyar

La prevención de la depresión no solo es una responsabilidad individual, sino también colectiva. La profesora Caro destaca que, en entornos laborales, educativos y familiares, es vital fomentar espacios libres de violencia interpersonal, promover el apoyo emocional y fortalecer las relaciones comunitarias.

A nivel personal, hábitos como la práctica de ejercicio, una alimentación saludable, el autocuidado y la autocompasión, son esenciales para prevenirla. “Sin embargo, si los síntomas persisten, buscar ayuda profesional es indispensable”. En cuanto al apoyo a personas cercanas, la experta recomienda escuchar sin juzgar, ofrecer empatía y acompañar a quienes lo necesiten en el proceso de búsqueda de atención profesional.

El llamado es claro: reconocer los síntomas, actuar a tiempo y fomentar una sociedad más empática y solidaria para combatir esta silenciosa epidemia. “El cuidado de la salud mental es igual de importante que el de la salud física. Hablar de nuestras emociones y buscar ayuda profesional debe normalizarse y promoverse como un acto de valentía y cuidado personal”, concluyó Caro.

Si usted conoce a alguien que enfrenta esta situación, es fundamental ofrecer apoyo sin juzgar y alentar a esa persona a buscar ayuda profesional lo antes posible. “Es clave buscar atención de manera oportuna, porque esto puede evitar que los síntomas se agraven; además, aumenta las posibilidades de una recuperación más rápida y efectiva.”