Cuatro personas, dos de ellas menores de edad, fueron capturadas por usar sustancias como escopolamina y benzodiacepina, para drogar y luego robar hombres en varias ciudades del país, incluida Ibagué. 

Se trata de Julián Rodrigo Henao Florez, José David Obando y dos adolescentes de 17 años de edad, quienes harían parte del grupo de delincuencia organizada denominado Los Ilusionistas, proveniente de Bogotá.

A los adultos se les impuso medida de aseguramiento en una prisión, mientras que a las menores de edad, medida de internamiento preventivo en un centro especializado de la capital del país.

La Fiscalía les imputó a todos los delitos de concierto para delinquir; secuestro simple agravado; hurto calificado agravado; acceso abusivo a un sistema informático; hurto por medios informáticos y semejantes; violación de datos personales, y adicionalmente a los adultos les enrostró el punible de uso de menores en la comisión de delitos. Sin embargo, ninguno aceptó los cargos.

El modus operandi

Entrevistas forenses, inspecciones judiciales, interceptaciones telefónicas, entre otras actividades investigativas, permitieron establecer que se trataba de un grupo delincuencial que funcionaba desde el año 2020. 

La Fiscalía estableció que Los Ilusionistas también habrían desarrollado actividades delictivas en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Neiva, Barranquilla, Bucaramanga, Pereira, además de Ibagué. En esta última, se tiene información de nueve hechos delictivos con igual número de víctimas, en los que se habrían apoderado de cerca de 90 millones de pesos.

Entre los casos judicializados figura el de un extranjero que estuvo retenido por cerca de 11 horas. Esto ocurrió entre el 19 y 20 de junio del presente año en un reconocido sector de la capital tolimense donde se encontró con una de las jóvenes, y posteriormente lo dejaron abandonado en un hotel.

Los delincuentes creaban falsos perfiles con fotos de mujeres en plataformas de citas y acordaban encuentros en los inmuebles de las víctimas, en discotecas o locales destinados a la venta de licor. 

En otras ocasiones, las menores llegaban a discotecas o centros de diversión nocturna y después de abordar a los hombres, los convencían de continuar la fiesta en otros sitios como hoteles o en sus apartamentos, donde les suministraban sustancia que les hacía perder la conciencia.

Luego de poner en estado de indefensión a la víctima, las mujeres y sus cómplices se llevaban sus bienes de valor, tarjetas de crédito y débito, y efectuaban compras o hacían avances de dinero.

Durante el procedimiento de captura, las autoridades incautaron una camioneta último modelo, al parecer, utilizada para cometer estos delitos y la suma de $1.200.000, además de cuatro celulares.