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Ahora la jornada decisiva del plebiscito
Si nos atenemos a lo visto en los diferentes noticieros y canales de televisión, más los informes de radio y redes sociales, tendremos que decir que fue el preludio de una amplia victoria del Sí, pero esta solo se confirmara en las urnas en la jornada del próximo domingo 2 de octubre, cuando los colombianos decidan con sus votos la suerte del país.
Comparadas las celebraciones de los del Sí y las manifestaciones de los del No, tenemos que decir que las tomas y fotografías exhibidas son contundentes y pruebas objetivas de las mayorías absoluta de los primero frente a los segundos. Los planos abiertos y panorámicos mostrando nutridas asistencias de los convocados por el Sí, son muestra de vigor y de compromiso por darle la pasibilidad a la nación de comenzar el cambio de la historia.
Mientras las tomas cerradas, que no permiten apreciar ni calcular la cantidad de gente a los eventos del No, son muestra que la concurrencia era escasa y no tenían más que mostrar como sucedió en Cartagena y Bogotá, por ejemplo. Las cámaras se centraron en los dirigentes y no mostraron concurrencia. Estos son viejos trucos de medios y camarógrafos para mostrar que se realizaron los eventos, pero decorando con los textos algo que no pueden mostrar en la realidad.
Se agrega a favor del Sí, la fuerza el propio acto Cartagena que concitó la atención de todo el país, cuando con discursos diversos y contenidos distintos, el presidente Juan Manuel Santos, mostró que no son ciertos muchos mitos que la oposición expone como argumentos para oponerse a la aprobación de los acuerdos. Los avances logrados por la guerrilla son la ampliación del campo democrático del país y las reformas a las casi feudales estructuras agriarías del país. No se negocio el modelo económico capitalista, mucho menos las estructuras del ejército ni de la policía, ni mucho menos el país se le va a entregar al cacareado “Castrochavismo”.
Los cambios se presentarán en el espectro político, con un estatuto de la oposición y garantías para participar en la actividad política con medios de comunicación propios, financiación y todos los elementos que deben tener cualquier partido o movimiento para participan en la palestra ideológica en igualdad de condiciones a los demás.
Por otra parte, el campo sufrirá las mayores trasformaciones de esta acuerdo, tengamos en cuenta que las Farc, es una organización de origen campesino nacida en el sur del Tolima, que desde entonces (1964), su mayor cantidad de miembros son de origen campesino e indígena y que se levantaron precisamente por las condiciones infrahumanas en que viven y por la exclusión de casi todos los programas sociales de los gobiernos.
De tal manera, aquí solo cambe una patria más democrática y con justicia social. No son más los cambios por el momento, salvo que en el futuro el partido que surja de las Farc, logre más transformaciones pero ya no con las armas sino con los votos. Y en este sentido, cualquier partido o movimiento que gane las elecciones debe cumplir con su programa de gobierno; ¿o qué es lo que hemos vividos los colombianos a través de muchos años sino es una alternación del poder entre liberales y conservadores con distintos rótulos para seguir en las mismas?
Al menos, ya se comenzó a observar el cambio de las Farc en cuanto a su discurso de dictadura del proletariado a uno más amplio y democrático con la participación de todos en las transformaciones sociales que necesariamente necesita Colombia. Eso no es un secreto ni mucho menos subversivo.
Otro aspecto de valorar, alejándonos de las mezquindades semánticas, es el perdón que pidió el jefe máximo de la organización guerrillera a sus víctimas. Fue algo inesperado y sumamente positivo para la reconciliación que necesitamos.
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