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Edier Julián Rincón Arenas, el líder que Chaparral no olvidará

Edier Julián Rincón Arenas, el líder que Chaparral no olvidará

Julián Rincón Arenas, líder social y apicultor, fue asesinado el pasado 17 de noviembre en zona rural de Chaparral. En la imagen, diferentes facetas de su vida política y comunitaria.

El encuentro tenía un solo propósito: empezar a organizar la campaña presidencial en Chaparral por Iván Cepeda. Nunca la había hecho esperar como ese día, porque entre sus tantas virtudes también estaba la puntualidad. Ese encuentro ocurrió el pasado 6 de noviembre y fue el último, porque 15 días después, el lunes 17, Edier Julián Rincón Arenas fue asesinado.

Entonces, Natalia Ortiz, compañera de brega política y social, el día del funeral, (jueves 20), tomó el micrófono y pronunció con firmeza, un mensaje en el que recordó pasó a paso, el legado de su mejor amigo, el Julián de la calma absoluta, el hombre tolerante, el hombre emprendedor, creativo, el de la sonrisa permanente, el hombre del carisma pleno, el hombre entregado a su familia y a su hija.
 

 Honrar la memoria

Dijo Natalia que su partida no se puede quedar solo en el dolor, “lo que Julián inició vive en cada paso que damos, en cada lucha que abrazamos, honrarlo significa organizarnos como sus colmenas, unidos, solidarios sabiendo que su luz no se apaga, mientras nosotros mantengamos viva la esperanza”. Y por eso, quizás, el primer compromiso para honrar la memoria de su amigo es emprender lo acordado en esa última reunión del 6 de noviembre. “Debo asumir esa responsabilidad por la memoria y el legado que nos dejó Julián, ahora viene escuchar al grupo de amigos que estuvimos hombro a hombro con él en esa lucha infatigable por la justicia social. Una primera tarea es mirar cómo nos organizamos frente al apoyo del candidato Iván Cepeda”, le contó Natalia a El Cronista.co

Julián Rincón Arenas tenía 38 años, bachiller del emblemático colegio de Chaparral, Manuel Murillo Toro. En el 2004 viaja a Bogotá con la meta de estudiar Derecho. Una ciudad compleja por un lado y la plata por el otro, apenas le dieron para que alcanzara a cursar 4 semestres en la Universidad Cooperativa. De regreso a su amado Chaparral y a su venerado corregimiento de La Marina, emprendió lo que más le gustaba hacer, servirle a la gente, sobre todo a los campesinos. 

Progresista

En ese anhelado regreso se encuentra con amigos del ayer, del presente y del futuro, unos le copian sus ideas políticas progresistas, otros no tanto, pero se las respetan y eso sí, le brindan todo el apoyo. Con Natalia Ortiz, para ese entonces estudiante de Administración Financiera de la Universidad del Tolima, crea la Colombia Humana en Chaparral, y empiezan a hacerle campaña al hoy presidente Gustavo Petro. Se postulan al Concejo Municipal por el Pacto Histórico-UP, más por hacer el ejercicio político, conscientes que aún faltaba terreno para afianzar el trabajo.

Fabián Salinas y René Valencia exaltan la capacidad que tenía para gestionar, lo mismo que la calma con que asumía las discusiones políticas. “No había plata para hacer actividades y él con una facilidad impresionante conseguía los apoyos y las ayudas para sacar adelante los proyectos y cuando se presentaban discusiones con contradictores nunca lo vimos exaltarse, era respetuoso de las ideas del contrario, muy tolerante”. Destacan, además, el poder de convicción y la capacidad que tenía para crear y emprender. “Era un líder nato”, recuerdan.

Apicultor

Julián se volvió un experto apicultor, a tal punto que, según lo describe Fabián Salinas, el fomento que hizo de ese sector en la región, hoy Chaparral se ubica dentro de los municipios líderes de la apicultura en el Tolima.  “Hoy los campesinos en Chaparral pierden un líder, un amigo que defendía a su territorio con la misma fuerza con la que cuidaba a sus colmenas”, destaca la administradora financiera Natalia Ortiz.

Razones para no olvidar

Hay cantidad de razones para que Chaparral no olvide a Julián, una de ellas la forma como logró sembrar en cada campesino, en cada joven, en cada madre cabeza de familia, la semilla de la solidaridad. Fundó el colectivo Brújulas para apoyar a los jóvenes en sus manifestaciones artísticas y culturales, se metió de lleno a impulsar la creación de la Zona de Reserva Campesina de Chaparral. Por eso con justicia, la senadora Jahel Quiroga lo destacó como un adelantado. “Era promesa de la verdadera política”.

Julián Rincón Arenas, el amigo de todos, el líder de la calidez, el que con su serenidad y calma desarmaba la intemperancia y como dice Natalia Ortiz “Su serenidad no se imponía, se sentía en su mirada, en sus palabras, en cada gesto uno encontraba paz, confianza, claridad, era una calma que nos mostraba que la fuerza no grita, se mantiene firme y serena, aunque todo a su alrededor tiemble”.

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