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Ironías del poder

Ironías del poder

Por Alba Lucía García

*Abogada. Dra en Estudios Avanzados en Derechos Humanos y Líder en desarrollo regional.

El magisterio colombiano, protagonista de tantas luchas sociales, anuncia nuevas jornadas de paro en rechazo al modelo de salud actual. Sí, los maestros, los mismos que ayudaron a llevar al poder a un gobierno que prometió dignificar su labor, hablan de parar por culpa del modelo de salud que ese mismo gobierno les impuso.

Hay que decirlo sin rodeos, el magisterio fue un actor político clave para llevar al actual gobierno al poder. Lo hicieron con la esperanza de una reforma justa, con promesas de bienestar, salud y dignificación. Hoy sienten la traición, el modelo de salud que denuncian fue aprobado con los votos y el silencio de muchos que sabían lo que se venía.

Por eso debe causarnos preocupación e indignación. Los mismos que levantaron la mano para apoyar reformas improvisadas del Gobierno nacional hoy miran para otro lado, como si el desastre educativo y el caos en la salud magisterial no fueran también responsabilidad suya.

No hubo control político, no hubo advertencias, no hubo defensa del territorio. Callaron cuando debían hablar. Aplaudieron cuando debían cuestionar. Y hoy, el costo lo pagan los estudiantes en los municipios. El Tolima merece más que eso.

A los docentes hay que respetarles su lucha, pero también recordarles su misión. Educar es una forma de resistencia. No hay protesta más poderosa que la de seguir enseñando, aun en medio de la adversidad.

No basta con marchar, hay que castigar en las urnas a quienes prometieron dignidad y entregaron un sistema sin garantías. La verdadera lección no está en las calles, está en dejar de votar por ellos. ¿O seguiremos con la ironía de darle poder a los mismos?.

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