Este viernes 11 de abril ha sido un día caótico en varios sectores de Ibagué, especialmente de la comuna Siete. Manifestantes se han lanzado a la calles para establecer bloqueos viales, debido a la falta de agua potable en sus hogares desde hace casi seis días. 

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Los manifestantes sostienen que desde el pasado domingo padecen la falta de agua potable, todo a causa de un taponamiento en las tuberías que conducen el líquido a barrios como Montecarlo, San Tropel, Prados del Norte, El Salado, entre otros.

De acuerdo con la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado (IBAL) sus cuadrillas operativas trabajan para restablecer el servicio cuánto antes, pero la ciudadanía reclama mayor celeridad en las labores que ya completan casi seis días. 

Según el IBAL, el taponamiento afecta "la línea de conducción que interconecta los tanques Ambalá y Alsacia. Como medida provisional, y en coordinación con el Cuerpo Oficial de Bomberos, se ha implementado un plan de abastecimiento alterno mediante carrotanques, con el objetivo de mitigar la afectación y garantizar el suministro del líquido vital".

Sin embargo, en otros sectores como la Arboleda Campestre en la comuna Nueve, también reportan falta de agua potable. En la noche del jueves 10 de abril se conocieron imágenes de los habitantes de un conjunto residencial, quienes se vieron obligados a utilizar el agua de la piscina recreativa. 

Mientras todo esto ocurre, las principales autoridades de Ibagué brillan por su ausencia. El Cronista.co conoció que en la mañana de este viernes la alcaldesa Johana Aranda emprendió su polémico viaje a China. A la mandataria se le vio en el Aeropuerto Perales, desde donde inició su largo periplo que tardará alrededor de una semana.

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Sin embargo, la gerente del IBAL, Érika Palma, también permanece ausente. La funcionaria goza del periodo de vacaciones, lo que le ha costado cuestionamientos desde el Concejo de Ibagué.

En la corporación se han escuchado críticas a Palma por acceder a sus vacaciones justo en el periodo de sesiones en el que estaba citada a debates de control político y mientras la ciudad atraviesa una crisis por la ola invernal. 

De hecho, hasta concejales de la bancada de gobierno, leales a la administración de Aranda, pidieron la renuncia de Palma. Entre otras cosas, por su aparetene distanciamiento con las comunidades de Ibagué.

"Veo la situación tan compleja, que la continuidad de la gerente del IBAL debiera evaluarse. Si bien ella es operativa y técnica, que bueno que le diera paso a un gerente que le guste atender a la comunidad, que sea empático con la gente", esgrimió la concejal Silvia Ortiz, del Centro Democrático.