La candidata presidencial de derecha Vicky Dávila enfrenta una nueva controversia tras los comentarios de su excompañera y también periodista María Andrea Nieto, quien en sus redes sociales la calificó como la “Rodolfo 2.0” de estas elecciones. Nieto aseguró que Dávila se ha convertido en la encargada de “dinamitar la derecha” y de “usar el mismo diccionario de Petro”, en alusión a su estilo confrontacional y a su discurso político.

Con las declaraciones de María Andrea Nieto, reconocida por sus posturas conservadoras y su paso por la revista Semana, quien en un principio fue una de las principales aliadas y defensoras de su exjefa, decidió ahora “saltar del barco”. Con su análisis, no solo marcó distancia, sino que aumentó las tensiones en torno a la candidatura de Vicky Dávila.

Los cuestionamientos de la periodista y hoy candidata contra el aspirante Abelardo de la Espriella, han sido muy fuertes, lo señala de haber defendido a delincuentes, lo que, según ella, lo inhabilitaría moralmente para gobernar. Sin embargo, como recordó Nieto, De la Espriella no ha sido el único blanco de sus ataques. Dávila también ha lanzado críticas contra María Fernanda Cabal y contra el fallecido Miguel Uribe Turbay, a quien en su momento calificó como un “candidatito gastón”, desesperado por ser el abanderado de su partido.

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En tono sarcástico, Nieto concluyó que Dávila parece haber adoptado la máxima de “divide y reinarás”, subiéndose a lo que denominó la “Rodolfoneta 2.0” y enfrentándose incluso a quienes alguna vez la consideraron una aliada.

La decisión es de Álvaro Uribe

Hace un año, la periodista Vicky Dávila anunció su salida de la revista Semana y poco después oficializó su intención de aspirar a la Presidencia mediante una campaña independiente llamada “Valientes”. Durante años ha sido considerada una de las voces más visibles de la derecha y el uribismo, debido a su férrea oposición a Gustavo Petro y posteriormente a su gobierno.

Sin embargo, según el abogado y exembajador en Brasil Guillermo Rivera, candidaturas como la de Dávila son “estelas de posibilidades” para la derecha: se apoyan mientras generan expectativa, pero son rápidamente abandonadas cuando no despegan o carecen de reconocimiento nacional. En ese contexto, su poco favoritismo en las encuestas le ha pasado factura. El protagonismo se desplazó rápidamente hacia Miguel Uribe Londoño, después del asesinato de su hijo, y más recientemente hacia la figura de Abelardo de la Espriella.

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El mismo, “abogado exapoderado de paramilitares, de DMG y de Alex Saab, y autodenominado ‘El Tigre’”, recordó Rivera. Su candidatura representa un perfil más mediático que político. También se mueven nombres como Juan Carlos Pinzón, identificado con una derecha empresarial, aunque con un pasado “santista”, y Paloma Valencia y María Fernanda Cabal, quienes, aunque con escasa popularidad, siguen siendo las “fieles escuderas” del Centro Democrático.

Para Rivera, la decisión final sobre el candidato presidencial de la derecha recae en Álvaro Uribe Vélez, quien designará al “ungido”, previsiblemente con el respaldo de César Gaviria, otro de los grandes caciques electorales del país.

En todo caso, la propuesta de Dávila parece ser la de revivir una campaña opacada y sin posibilidades en la contienda electoral, ahora desde una posición de aislamiento. En su intento por cuestionar a figuras con pasado cuestionable, ha terminado marginada incluso dentro de su propio espectro político.