Por José Baruth Tafur G.

Abogado- Especialista U Externado

Maestrante en Comunicación Política U. Externado

La indignación ciudadana y una tutela del juez que, con muy poco Zen, ordenó a la Alcaldía y al Concejo contar con pelos y señales, sobre el polémico viaje que hizo recientemente la Alcaldesa a la ciudad de Chengdú, China. ¿Qué se hizo allá, qué beneficios reales para la ciudad arrojó ese periplo?, si sólo se trató de un paseo familiar, o si hipotéticamente fueron a revisar ¿cómo invertir y en qué invertir el dinero de sus bolsillos?. Más importante aún, resultados!! Y la verdad anhelante, ¿Cuánto nos costó esa visita a la ‘ciudad hermana’ de Chengdú?.

¡Y ya que hablamos del Concejo es bueno recordar la pobre actuación de su gran mayoría, hablo de los concejales gobiernistas!! ¡Que le dicen, sí a todo!!. Su papel ha sido tan protagonista como un extra en telenovela: están ahí, pero nadie sabe qué hacen, ni por qué, no exigen cuentas reales, no vaya a ser que se les enfríe hipotéticamente el favor burocrático. Mientras tanto, el ciudadano de a pie —ese que esquiva huecos y obras a medias, sigue sufriendo una ciudad en caos.

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Pero si pensaron que el show acababa en China, esperen, que ahora viene el truco de magia: ¡el cambio de gabinete! Sí, con redoble de tambores y todo. Un aparente acto de renovación que terminó siendo más bien un "enroque criollo". Magda Herrera, por ejemplo, dejó de ser la Secretaria General del municipio para llegar al IBAL, ¿Cómo se llama eso? ¿Reciclaje político? ¿Silla caliente? ¿Rifa interna?. Lo cierto es que no fue un cambio, fue una rotación de fichas dentro del mismo tablero: el tablero del “hurtadismo”, ese fantasma que aún recorre pasillos y distribuye poder como si la horrible noche del ingeniero de los puentes fantasmas nunca hubiera terminado.

Pero aún falta más, hablemos de la Contraloría Municipal. Ese organismo que debería fiscalizar, pero que más bien presuntamente parece una bodega de archivadores con doble fondo. Según denuncias, engavetaron procesos por más de 59 mil millones de pesos. ¿Un “pequeño” descuido que, casualmente, favoreció tanto a la actual Alcaldesa como a su jefe político el exalcalde el ingeniero de las obras de Ibagué, pregunto? ¿Coincidencia?.

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Ya uno entiende el show de la supuesta disputa entre la Contralora y el Exalcalde, pero después se vieron en actividades sociales y ahora el jefe del clan  anda postulando a un parroquiano con vinculación en el Sistema Estratégico de Transporte Público de Ibagué, con contrato de prestación de servicio 122 del 24 de octubre de 2024, ¿con qué finalidad ?.

Ahora sí, hablemos de pavimentación. La Alcaldía publicó con orgullo sus “obras” de reparación vial. Y la gente respondió como debía: con furia. Porque cuando te venden un parche como una autopista, la indignación es inevitable, conchudos, cínicos. Si la Alcaldesa quiere tapar los huecos de su administración, tiene bastante trabajo partiendo por los regalitos de camionetas, que fascinación por los vehículos de alta gama, cual canino asomado por la ventana de un vehículo.

En resumen, tenemos una ciudad que viaja en clase ejecutiva hacia la opacidad, con escalas en clientelismo, improvisación y cinismo. Y mientras tanto, el ciudadano mira, aguanta y protesta. Pero no se preocupen, que pronto sacarán otro video con música épica y drones mostrando media cuadra arreglada, o eventos de cardio rumba, pero sin nada de fondo estructural sin una transformación en el bienestar ciudadano.