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Todos queremos un gol de Dayro Moreno

Todos queremos un gol de Dayro Moreno

Por Óscar Viña Pardo


La convocatoria de Dayro Moreno a la Selección Colombia no sorprendió a nadie. El máximo goleador de nuestro fútbol ya había ganado ese derecho con esfuerzo, goles y constancia. No en vano es protagonista en la Copa Sudamericana con el Once Caldas, demostrando que su historia sigue escribiéndose con tinta dorada.

Sí, es él, Dayro Moreno, el nacido en Chicoral. Su nombre retumba en las tribunas del Metropolitano y en miles de gargantas que reconocen en él a un jugador auténtico, distinto, capaz de emocionar con cada jugada. No fue casual que, tras la victoria contra Bolivia, la foto inolvidable de los medios de comunicación lo mostrara junto a James y Lucho Díaz: tres símbolos del presente de nuestra selección.

Pocos colombianos, contados con los dedos de una mano, han tenido el privilegio de regresar a la Selección absoluta con la edad, la calidad y la claridad que hoy exhibe Dayro. Ni siquiera el eterno Radamel Falcao, a quien tanto debemos, vivió esta segunda oportunidad con la misma fuerza. Moreno, a sus casi 40 años, nos recuerda que los sueños no caducan cuando se juegan con el corazón.

Minuto 30. James mira, pasa en profundidad, Dayro controla y dispara. Gol, gol, gol. Chicoral vibra. Ibagué se estremece. El Tolima entero se abraza. En los parques, en las tiendas, en cada rincón de Caldas y del país, la gente grita como si estuviera en el estadio. 

Lucho Díaz corre a estrecharlo, mientras Colombia entera aplaude al hombre que, con templanza, convirtió la perseverancia en triunfo.

El pitazo final trae consigo la imagen más repetida: el abrazo entre paisanos que conquista la pantalla y el corazón de los colombianos. Porque más allá del marcador, lo que queda es la emoción de ver a Dayro escribiendo historia. Lo conversamos en los cafés, entre tinto y tinto, con la ilusión intacta: que ese gol que llevamos atorado en la garganta se haga realidad y podamos llorar de alegría.

Mientras tanto, sigamos soñando y cantando en voz alta:
“Dayro Moreno, Dayro Moreno…”
¡Vamos Colombia, vamos Dayro!

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