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¡Alerta Chaparral y Cajamarca, los van a hurtar. Y la Alcaldesa de Ibagué, drama y huecos

¡Alerta Chaparral y Cajamarca, los van a hurtar. Y la Alcaldesa de Ibagué, drama y huecos

Por José Baruth Tafur G.

*Abogado

Especialista en Marketing Político y Estrategias de Campaña

Maestrante Comunicación Política


En un acto de contorsionismo discursivo, que genera emociones como la lástima, los discursos de la mandataria se han vuelto un "pesar", un "pobrecita" digno de telenovela turca. Hoy, la Dra. Aranda, nuestra alcaldesa, se presenta como víctima.

No escatimando en drama, manifestó entre suspiros de mártir: "La violencia política a la que yo me he tenido que someter ha sido infame y muy cruel". Todo esto, sin una sola grieta en su impecable maquillaje. ¡Qué rápido se le olvidan sus camionetas, la de su hija, la casa de El Palmar del Vergel recién remodelada, o su viaje a China!

No, señora Alcaldesa. Cruel es que un ciudadano aporte su dinero en impuestos para que sean despilfarrados. Cruel es que el ciudadano del común deba buscar dinero de donde no tiene para reparar su vehículo por culpa de calles que parecen bombardeadas. ¡Cruel es que los ibaguereños expongan su vida! Infame es que usted, habiendo prometido soluciones, hoy pretenda pasar de victimaria del presupuesto a víctima de la opinión pública. Esto no es violencia política, es memoria colectiva. Y la memoria duele… sobre todo cuando se le recuerda lo que prometió y no cumplió.

Pero no está sola. ¡Nunca lo ha estado! ¡Está más que acompañada! Con gusto hablamos de Andrés Hurtado, su jefe político, el gran gurú del autobombo, el mismo que convirtió la Alcaldía en elefantes blancos y en desfiles de contratación pública con presuntos asomos de corrupción. Él no forma equipos, forma clanes. Y entre los miembros del clan, parece haber una regla no escrita: tener al menos una imputación por corrupción para entrar.

Ahí está el exalcalde de Chaparral, Hugo Arce, con cargos por presunta corrupción por irregularidades en el contrato de kits alimenticios durante la pandemia. Nuestra gente de Chaparral, que en ese momento de desesperación, necesidad e incertidumbre necesitaba una mano amiga, no le importó al exalcalde Hugo Arce. Con sobrecostos, le daba mercados al pueblo, jugando con la necesidad de la gente. Pero ahora aparece, sin sorpresa, con un abrazo fraternal de amigo con la organización Hurtado, el mismo que nos hurtó los sueños en Ibagué. ¡No sorprende!.

 Y no olvidemos al exalcalde de Cajamarca, el señor Julio Roberto Vargas, a quien la Fiscalía tiene imputado por el delito de peculado por apropiación en favor de terceros por transferir más de $1.000 millones a una empresa que no tenía ningún contrato con la Alcaldía. ¡Otra joyita que carga con escándalos! Bonito lo que se les asoma a nuestra Chaparral y Cajamarca.

¡Esto es un cartel! ¡Para dejar a nuestro pueblo sin nada! Aquí no se premia la gestión, se recicla la desconfianza. No se hace política, se hace negocio. Mientras, no muy lejos de Chaparral y Cajamarca, la Alcaldesa, quien es la continuidad del clan Hurtado, se victimiza. Pero Ibagué se desmorona entre huecos, promesas y poses, y quienes deberían responder se esconden tras discursos de víctima, como si el asfalto lo hubieran dañado los ciudadanos y no la incompetencia compartida.

Decía mi abuela que el que anda entre la miel, algo se le pega. En Ibagué, el que anda entre el clan Hurtado, termina salpicado. No de miel, sino de lodo. Y mientras tanto, la ciudad se cae. Las calles también. Pero ellos, no. Ellos siempre caen bien... parados.

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