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¿Un Vietnam en América del Sur convendría a Trump?

¿Un Vietnam en América del Sur convendría a Trump?

Por Fernando Moreno

*Veedor ciudadano


Con la pérdida de las elecciones en New York a manos de Mamdani, quien derrotó a la política tradicional y los judíos que manejan el corazón de la bolsa de valores más importante del planeta, se suma el estallido social que hoy vive Norte América y que pone contra las cuerdas a un presidente que traicionó al electorado latino, y que ofreció paz inmediata, pero que pasados 9 meses no puede parar el genocidio en Gaza y la guerra en Ucrania.

Razones suficientes para que Trump acuda a las lecturas de Maquiavelo y así poder  distraer a su pueblo con un nuevo conflicto en el hemisferio sur de América Latina.

No en vano, el presidente de Colombia, Gustavo Petro llamó a consultas al embajador en EEUUU Daniel García Peña porque ya entendió lo que puede venir por delante en una inminente escalada militar en suelos colombianos y venezolanos; de ahí que el movimiento militar tanto en Colombia como en Venezuela se dirija a la frontera entre los dos países.

Un escenario que Petro sabe leer muy bien, teniendo en cuenta que como a muchos no les gusta el significado de haber sido guerrillero, asunto que toma una importancia profunda desde el punto de vista estratégico y militar para sortear un posible segundo capítulo de la guerra de Vietnam pero en suelos que comparten Venezuela y Colombia. Ya lo habíamos advertido en un artículo anterior, donde los blancos estratégicos eran las lanchas y ahora toman fuerza los laboratorios de coca que están ubicados cerca de la frontera.

En Corea ya se había reunido el G3 para definir asuntos geopolíticos y estratégicos que tienen que ver con la guerra económica de los aranceles, las pruebas del misil ruso Poseidón en el mar y que trajo de cierta manera una tranquilidad a los mercados internacionales porque los aranceles bajaron al 10% entre EEUU y la China; obligado en gran parte por la negociación de las tierras raras y el acceso a las mismas.

Pero lo anunciado por Trump, saca el polvo de los misiles balísticos que se tenían guardados desde la década de los 70 para hacer unas pruebas que indican el objetivo a seguir, producto de una necesidad aparente en distraer la atención de sus conciudadanos y que tiene un costo alto, si pensamos que el 2026 es un año clave en materia electoral, donde los demócratas piensan revivir de las cenizas.

Pasa de todo y en vez de no pasar nada, puede pasar mucho y es un escenario de guerra que debe ser rechazado por los países latinoamericanos. Nos quieren meter a las malas en un conflicto que no nos pertenece pero que suena inminente.

Lo que pasa en los EEUU es como los huracanes del mar Caribe; alborotan el invierno en Colombia.

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