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Ganar en segunda vuelta, estrategia de la oposición
Por Carlos Alberto Estefan Upegui
*Ex gobernador del Tolima
El reciente resultado electoral en Chile donde la candidata progresista Jeanette Jara superó al candidato de extrema derecha José Antonio Kast por casi 380 mil votos, es un resultado que visto en contexto podría representar ventajas para el contrario si consigue el respaldo de otros candidatos de derecha que se resuelvan a acompañarlo en la segunda vuelta el próximo 14 de diciembre. Lo anterior, debido a que los restantes candidatos que podrían sumarse a Jara representan tan solo un porcentaje menor, muy lejos de las mayorías.
Algo semejante es posible que se fragüe entre el antipetrismo en Colombia, si tenemos en cuenta como referencia la medición hecha recientemente por el Centro Nacional de Consultoría CNC sobre la intención de voto, en la que Iván Cepeda Castro se ubicó en primer lugar con un 20.9% de favorabilidad, Abelardo de la Espriella con un 14.4% y el resto, en su mayoría de derecha, con resultados individuales menores que unidos, a excepción de Roy Barreras con el 0.3%, completarían algo más del 51% necesario para ganar; es decir, que aun favoreciendo el triunfo al progresismo en cabeza de Cepeda Castro en la primera vuelta, la tan anunciada unidad de la oposición hipotéticamente en bloque, según ellos, les alcanzará para ganar la presidencia.
Sin embargo, digamos que esas diferencias porcentuales entre unos candidatos y otros podrían cambiar, pues apenas se trata de una encuesta y no de un resultado electoral en concreto como si sucedió en Chile.
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Así mismo, comentaristas políticos dicen que “el resultado reciente en Chile se interpreta como una derrota de Gabriel Boric”, pues en la campaña José Antonio Kast usa como estrategia electoral culpar al presidente chileno y a su exministra de Trabajo hoy candidata Jeanette Jara, de los principales problemas del país, seguramente buscando convencer a los chilenos por un cambio de estilo de gobierno.
Todo lo contrario de lo observado en nuestro país, donde el apoyo al presidente Petro y a la continuidad de su política es cada día mayor. Igualmente, porque solo basta recordar la votación de Gustavo Petro cuando ganó la presidencia, la cual hoy día tiende a incrementarse como puede deducirse del copioso resultado en la consulta del Pacto Histórico.
Falta ver, qué pasaría en Colombia con la franja de opinión y los apolíticos y abstencionistas, pues existen sorpresas como sucedió en Chile con Franco Parisi, candidato de centro, que quedó en tercer lugar con un resultado de más de 2 millones y medio de votos, en su mayoría de la franja de opinión y apolíticos.
También, en Colombia hay presuntos narcotraficantes y testaferros financiadores o con aspiraciones al Congreso de La República, dedicados a organizar y estimular las masas a base de dinero. En ese orden de ideas, los políticos honorables son pocos, lamentablemente en vía de extinción.
Entonces, la elección no es propiamente entre izquierda y derecha, sino entre quienes promueven el cambio y los holgazanes que ni leen los proyectos de ley, no asisten o se retiran del recinto para no votar. Este gobierno ha puesto en discusión temas que por décadas se ocultaron, mientras la oposición se empeña en evitar que las cosas cambien.
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