Los Médicos veterinarios en su labor de asistencia profesional, tienen permitido aplicar eutanasia de animales siempre que se compruebe la cronicidad o incurabilidad de un caso (artículo 19 de la Ley 576 de 2000).

Sin embargo, según los Veterinarios existe cada día mayor número de solicitudes de cuidadores de mascotas que solicitan aplicarla para casos que nada tiene que ver con las condiciones previstas en la Ley y por el contrario se solicita para animales completamente sanos.

Esta situación es una de las mas complejas a las que se ven expuestos los Veterinarios de pequeños animales que se preparan para salvar su vida y no para interrumpirla, por lo que en ocasiones la angustia que genera aplicar eutanasia, produce en los profesionales el síndrome conocido como “fatiga por compasión” como una forma de estrés traumático secundario con consecuencias físicas y sicológicas. Este tipo de estrés no es fácilmente tratable y sólo es manejable cuando se tiene la convicción de haber realizado todas las maniobras y los procedimientos necesarios para salvar la vida del paciente.

Son frecuentes las peticiones de personas para acabar con la vida de mascotas por razones de conveniencia y comodidad humana como traslado de ciudad, cambio de domicilio, cuando el animal ya no es un cachorro, cuando median razones de agresividad, entre otras. Pero ¿por qué algunos seres humanos no valoran la vida animal? esto es cuestión de concepciones, algunos consideran las personas como el centro del universo y los demás seres vivos con los que se comparte el mundo son previstos para el servicio de los humanos, un enfoque bastante errado que ha de ser cambiado al entender que el ser humano sólo hace parte (como un componente más) del ecosistema terrenal. 

Los animales han de ser valorados por el hecho de ser organismos vivos y ocupar un lugar en el mundo, una concepción donde se valora principalmente la vida, también como sujetos de preocupación moral por parte de las personas que si tienen capacidad de raciocinio, son compañeros de vida y de familia a los que se les debe respeto, compasión y siempre una oportunidad.

La sociedad esta cambiando y debe llegar a otorgar a los animales un espacio justo y ponderado. La eutanasia es sólo la última opción para evitar el sufrimiento animal cuando no median otras opciones, debe ser rápida, indolora, confiable por lo que se considera una “muerte humanitaria” realizada sólo por veterinarios.