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Política

La venta de votos, el mercado corrupto de la política

La venta de votos, el mercado corrupto de la política

A medida que se acerca una jornada electoral comienzan a aparecer en los pueblos ciertos personajes que aspiran a ser elegidos o reelegidos a corporaciones de elección popular, trayendo consigo gruesas sumas de dinero para corromper al elector a través de sutiles o abiertas subastas, donde el que más pague se gana los votos. 

Pero también, en algunos casos, la mercancía (votos) es repartida o dividida entre varios compradores. 

Se dan episodios en que los llamados 'dirigentes o líderes' (Concejales, Diputados, Representantes, o candidatos a estas corporaciones), lo mismo que 'dirigentes comunales', reparten los barrios, veredas y municipios para orientar la votación por uno u otro comprador, lo que les permite sacarles más ganancias al negocio. 

Este aberrante delito electoral y de compra de conciencias, se viene practicando con mayor frecuencia desde 1991, hasta convertir el sagrado derecho al voto para elegir a nuestros gobernantes, en una venta de tamales, en un vulgar mercado persa.

El Tolima no es ajeno a este perverso delito que convierte a la democracia en una prostituta del mejor postor, que falsea la voluntad popular,  convierte en parias a muchos ciudadanos y en escoria y lumpen social a quienes se hacen elegir mediante estos métodos. 

Sin embargo, con esto no queremos afirmar que ningún colombiano pueda buscar votos en este departamento; están en todo su derecho, a nadie se le cierran las puertas, pero sí exigimos el mínimo de respeto y dignidad para ejercer la actividad política, que en nuestro entender, debe de ser la más noble, leal y transparente, por tratarse del ejercicio de mujeres y hombres libres que buscan escribir la historia. Es decir, el legado que recibirán las nuevas generaciones para construir el futuro de nuestra región.  

Infortunadamente, nuestro departamento en los últimos años, se ha incrementado esta sucia labor de la compra-venta de votos. "Nos hemos costeñizado", es común oír decir en las calles y cafés, pero ni las autoridades competentes ni quienes tienen las pruebas de este criminal mercado, hacen algo para ponerle talanquera. Esto se ha convertido en un juego infernal donde se pone en riesgo el desarrollo democrático y se tuerce la voluntad popular.

En las pasadas elecciones al Senado de la República (11 de marzo de 2018), el Tolima registró 395.122 votos, de los cuales 186.883 (47%) fueron para tolimenses con algún arraigo en nuestra tierra; para candidatos al senado foráneos 227.373 (53%); cifra suficiente para sacar cuatro (4) senadores, según las cuentas y estadísticas del diputado Liberal Carlos Reyes, un acucioso estudioso de estos números.

                                                                                                   (Ver cuadros al final de la nota.)  

Lo anterior, es muestra palmaria del daño que se causa a un departamento como el nuestro, donde los que saquearon la votación no han regresado ni a darles las gracias a quienes votaron por ellos.

¡Ah, pero verdad!, a ellos les pagaron el voto y los elegidos no tienen ninguna responsabilidad con el Tolima. 

Al menos, algo parecido les respondió el senador  ya desaparecido por Bolívar, Carlos Espinosa Faciolince, cuando en la primera elección por circunscripción nacional al Senado, unos tolimenses le fueron a reclamar cuotas para el Tolima y este les respondió: "Con ustedes no tengo ningún compromiso. A ustedes yo les pagué, entiéndase con Santofimio que es el senador de allá", respuesta por lo demás muy comentada en Ibagué por la prensa en la época.

Esta situación nos lleva a tomar posiciones políticas claras frente a los candidatos  golondrinas que llegan a la región a pescar votos utilizando como anzuelos maletines llenos de dinero. De ahí la importancia de la columna de nuestro editor Henry Rengifo, donde da los primeros pincelazos a esta grave situación, la que debemos denunciar con valor, y sin caer en el chovinismo, luchar porque el Tolima tenga una auténtica y real representación en el Senado de acuerdo con su verdadera votación. No al poder del dinero sucio que se utiliza en estas campañas.

Estaremos vigilantes para denunciar al menos, este tipo de perfidias contra el departamento que solo contribuyen a su atraso y a secuestrar la democracia.

Estos son los cuadros tomados de la página de la Registraduría Nacional del Estado Civil, que confirman las cifras estadísticas que suministramos. 

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