Información cultural de Ibagué y el tolima
¡Hola Soledad!
[LetraCapital Letra="E"]n la calle diez entre carreras cuarta y quinta de Ibagué, en un edificio que hoy podría ser memoria viva de la historia de la educación en el Tolima, funcionó desde 1944 la Escuela Normal de Institutoras y el colegio Oficial Departamental de Señoritas, conocida hoy como institución educativa Santa Teresa de Jesús.
Hoy allí, detrás de un desteñido mural del maestro Jesús Niño Botía funciona desde 1.982, la biblioteca pública Infantil Soledad Rengifo. El vetusto edificio lo tumbó el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares ICCE, siendo funcionario el arquitecto Koqui Carrero en los años en que mandaba en el Tolima la coalición política de Guillermo Angulo y Alberto Santofimio.
La biblioteca pública municipal que se construyó, tenía una sala de lectura y estanterías para los libros, un auditorio, un espacio para talleres que orientaba el pintor Mario Lafont, sala para exposiciones de pintura y escultura, el maestro de teatro Alberto Lozano dirigía allí los ensayos del Teatro Libre de Ibagué, el escritor Hugo Ruiz y el poeta Carlos Castillo, dictaban talleres literarios y en la esquina a la entrada de las escaleras del parque Centenario, estaba el más grato y visitado tertuliadero de los años ochenta en Ibagué : Arte y Café.
No puedo decir que: “Todo tiempo pasado fue mejor”, pero hoy da grima visitar la biblioteca. Solo quedan la estantería, los libros, la ludoteca y el Archivo Histórico de Ibagué. En la sala de música infantil Leonor Buenaventura de Valencia, funcionarios de la secretaría de Cultura, Turismo y Comercio, componen y apilan documentos e informes urgentes para la administración, en la sala del Orfeón Popular José Ignacio Camacho Toscano, están almacenados más de treinta años de chécheres del antiguo Instituto Ibaguereño de Cultura y más abajo en un sótano de libros, se pasea entre el abandono el espíritu burlón del funcionario que se suicidó cuando los noticieros radiales y la prensa publicaron el informe del último desfalco en ese Instituto.
En todos los congresos y eventos nacionales de Bibliotecas Públicas, se repite hasta el amanecer el Manifiesto de la UNESCO, que dice que las bibliotecas deben ser un espacio para la libertad, la prosperidad, la promoción de los valores humanos fundamentales, mediante el ejercicio de las artes y de las letras, para que los ciudadanos bien informados puedan hacer valer sus derechos democráticos para el mejoramiento de la sociedad. En este mes de octubre, convocado por la Biblioteca Nacional, se celebra el Quinto Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas, bajo el lema: Bibliotecas públicas escenarios para la paz.
Desde hace seis años, existe una Ley de Bibliotecas, el ministerios de Educación y de Cultura adelantan un Plan Nacional de Lectura y Escritura para aumentar los índices de lectura, todos sabemos de la importancia de acercar desde la temprana edad, a las personas a la cultura y el hábito de leer, repetimos que leer es mi cuento, que mientras más leo más veo, que escribir y leer ayudan a crecer, pero los resultados de las pruebas de conocimiento y habilidades comunicativas de los niños y las niñas del Tolima están en la cola de las estadísticas nacionales. Un niño o una niña sin lectura, es como un pájaro con las alas recortadas, dijo el escritor Luis Darío Bernal Pinilla en el pasado encuentro de narrativa y poesía.
Es posible que la señora madre del Alcalde Jorge Tulio Rodríguez, que por aquellos tiempos mandó remodelar la biblioteca Soledad Rengifo como sede para su despacho, cuando ejerció como Primera Dama de la ciudad; tenga parte de la culpa, al cambiar el triste destino de la biblioteca, pero algunos hemos visto su postración y nos cabe la mayor culpa.
Propongo a los amigos y amigas integrar una red de voluntariado social para apoyar esta biblioteca y la red municipal de bibliotecas públicas. En el municipio de Ibagué, son más de quince distribuidas en barrios y en veredas rurales. Donemos nuestro tiempo, visitemos las bibliotecas, allí, no solo hay libros para consultar y hacer tareas, hay periódicos y revistas, talleres artísticos y de manualidades, hasta nos podemos “ganar el cielo” leyendo en voz alta a un enfermo o a un niño desprotegido.
Por supuesto, la administración municipal tiene la obligación de mejorar las dotaciones, suministrar materiales, promocionar eventos, renovar a tiempo los contratos de los auxiliares, contratar más promotores y animadores culturales, dar continuidad a los talleres artísticos; y estos a su vez , leer y prepararse mejor , atender y animar al público, establecer horarios más adecuados los fines de semana y en horas nocturnas, en fin hacer de la biblioteca, no un depósito de libros, sino hacer una REVOLUTECA.
Una red de voluntariado que desee “ perder el tiempo “en las bibliotecas de la ciudad, que ayude a hacer de estos lugares aburridos para algunos, un lugar alegre de encuentro de la cultura comunitaria para todos, un lugar para los niños , niñas , jóvenes y adultos mayores de los barrios cercanos, para continuar el legado y hacer honor a una mujer, a esa ponderada maestra que formó para la vida y el saber a varias generaciones de tolimenses e ibaguereñas : Soledad Rengifo Guzmán.
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