En la sala de partos de la USI San Francisco no se escuchan únicamente los pasos del personal médico ni el sonido de los monitores. Allí también habita el latido acelerado de una madre que sueña con ver por primera vez el rostro de su hijo, la voz temblorosa de un padre que susurra palabras de aliento y la emoción contenida de una familia que espera el milagro de la vida.

Cielo Mariana fue una de esas madres. Llegó con la mezcla de miedo y emoción que acompaña a quien está a punto de conocer el amor en su forma más pura. A su lado, su esposo sostenía su mano. El equipo médico la recibió con una sonrisa, la llamó por su nombre y le explicó cada paso. No había prisa ni frialdad: había tiempo para escuchar, respirar y confiar.

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“Fue una experiencia hermosa. Desde el primer momento me sentí acompañada, escuchada y tranquila. El equipo de la USI San Francisco me ayudó a vivir mi parto con amor, sin miedo y con total respeto. Tener a mi bebé en brazos, sentir su piel y saber que todo fue tan humano y especial, es algo que siempre voy a recordar con el corazón”, cuenta Cielo, mientras arrulla a su pequeño, dormido entre sus brazos.

Como ella, más de 500 mujeres entre enero y octubre de este año han vivido su parto en este modelo humanizado que la Unidad de Salud de Ibagué ha venido consolidando como un sello de confianza. Este enfoque prioriza el bienestar emocional de la madre, el acompañamiento familiar y el derecho a vivir el nacimiento como un acto íntimo y digno.

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Aquí, la maternidad no se aborda solo desde lo clínico. A través de terapias alternativas, acompañamiento personalizado y un trato compasivo, se busca disminuir el dolor, reducir la ansiedad y fortalecer desde el primer segundo ese vínculo sagrado entre madre e hijo.

Porque en la USI San Francisco cada alumbramiento es más que un procedimiento: es el capítulo inicial de una historia de vida que empieza con respeto, amor y humanidad. Y mientras las madres sigan encontrando un lugar donde se les mire a los ojos, se les escuche y se les acompañe sin miedo ni juicio, el parto humanizado seguirá siendo una luz de esperanza para las familias.

Con información suministrada por la oficina de comunicaciones de la Alcaldía de Ibagué