La Casa Campesina, inaugurada por la Administración Municipal el pasado 8 de septiembre, continúa consolidándose como un puente entre la ruralidad tolimense y los consumidores urbanos. Cada productor que pasa por este espacio encuentra una oportunidad real de comercializar, fortalecer su emprendimiento y mostrar la riqueza agrícola de los corregimientos, como ocurre con Luis Henry Valero, campesino y agricultor oriundo de Santa Isabel, quien hoy impulsa su marca Café Valero reconocida por sus varietales de alta calidad, gracias a esta vitrina rural.

Ubicada en el primer piso de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Carrera 3 #10–1), la Casa Campesina se ha convertido en un punto de encuentro donde cada lunes se articula la oferta institucional de la Administración Municipal. Dependencias como Infibagué, y las secretarías de Salud, Desarrollo Social y Desarrollo Económico trabajan de manera integrada para brindar acompañamiento completo a los productores, fortaleciendo sus capacidades comerciales. Este modelo garantiza acompañamiento directo, formación y oportunidades comerciales para los productores de los 17 corregimientos de Ibagué.

En este escenario, Luis Henry Valero encontró un impulso para llevar más lejos el café que cultiva con dedicación en Villa Restrepo. Su café cuidado grano a grano con procesamiento artesanal y la visión de abrir mercado se unen en una propuesta que ya tiene presencia en Ibagué. Valero ha cultivado distintas varietales de café que hoy enriquecen su marca: Geisha, Castillo, Borbón, Caturra.

Gracias al acompañamiento recibido y a su propio empuje, Café Valero puede adquirirse en la salsamentaria Salsarín, ubicada en la calle 40 con carrera 6, así como por encargo al 312 484 9827. Según la variedad, los precios oscilan entre $28.000 y $50.000 por libra. Para quienes buscan vivir una experiencia completa, también es posible comprar directamente en la finca La Esperanza, ubicada a la entrada de Villa Restrepo, frente al restaurante Encanto.

Para Café Valero, esta apuesta no solo significa crecimiento económico, sino también el reconocimiento al trabajo campesino que por años ha sido la columna vertebral del departamento. Con orgullo tolimense, la casa campesina invita a ibaguereños y turistas a conocer el origen del café de su tierra, disfrutar de su aroma y apoyar la producción local que mantiene vivo el espíritu rural.