Los 16 Días de Activismo siguen encendiendo la voz de las mujeres en todos los territorios del departamento. En Ibagué, esa voz tocó las puertas de tres barrios donde las asistentes participaron en talleres participativos que propiciaron un reencuentro íntimo consigo mismas y con otras mujeres. Allí, en medio del diálogo y la sororidad, emergió una verdad fundamental: el cuerpo de cada mujer es un territorio que habla, que merece respeto, que siente y que es sagrado.

Ese territorio —el cuerpo— guarda memorias, emociones, esfuerzos y cicatrices; pero también guarda fuerza, instinto y esperanza. Reconocerlo es el primer paso para protegerlo. Por eso, los encuentros de esta jornada fueron un espacio para escucharlo: para comprender cuándo pide calma, cuándo exige límites, cuándo reclama dignidad y cuándo se expande para abrazar nuevas oportunidades. En cada círculo de mujeres, se reafirmó que el cuerpo es el primer territorio que ninguna violencia puede violar.

La Secretaría de la Mujer estuvo presente en estas tres comunas de Ibagué con su oferta institucional completa, llevando atención psicojurídica, orientación en rutas de protección y acompañamiento integral. Los equipos compartieron herramientas para que cada mujer conozca sus derechos, identifique señales de riesgo y entienda que no está sola: que existe una institucionalidad cercana, disponible y comprometida con su bienestar y su autonomía.

Además del acompañamiento jurídico y psicosocial, se fortalecieron los componentes de emprendimiento, autonomía económica y liderazgo, porque un cuerpo que se reconoce como territorio sagrado también necesita condiciones materiales para decidir, crecer y proyectar su vida con libertad. Cada conversación, cada abrazo y cada taller se convirtieron en una semilla de transformación en las calles y en los hogares de Ibagué.

La fuerza del activismo se construye así: caminando los barrios, escuchando sin juzgar, acompañando sin imponer, sembrando cambios reales en los lugares donde la vida cotidiana sucede. Los 16 Días de Activismo continúan, y con ellos seguimos avanzando por un Tolima donde cada mujer pueda habitar su cuerpo como lo que es: un territorio libre, digno y profundamente valioso.