Las cajas de compensación familiar en el país están replanteando su papel frente a un población que envejece. Bajo la premisa “las cajas queremos estar presentes en el cuidado y entender qué se necesita”, la presidenta ejecutiva de Asocajas, Adriana Guillén, hizo un llamado a reconocer el rol central que estas instituciones cumplen en el bienestar social, particularmente en los territorios.

La dirigente explicó que la sostenibilidad ya no puede interpretarse solo desde lo ambiental; hoy exige poner en el centro el bienestar de las personas. Este fue el mensaje principal durante el XXXV Congreso de Asocajas, realizado en Santa Marta, donde más de 700 asistentes y 40 expositores debatieron los desafíos actuales.

Guillén destacó que el Sistema de Compensación Familiar es clave para la movilidad social, ya que combina intervenciones económicas, de cuidado y bienestar que buscan cerrar brechas, combatir la pobreza y fortalecer el futuro de las familias afiliadas. Un enfoque de enorme pertinencia para regiones como el Tolima, donde la desigualdad y el envejecimiento avanzan.

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Una de las apuestas más relevantes es la red de cuidado para personas mayores, que hoy cobija a más de 2,1 millones de adultos mayores, de los cuales 667.000 reciben cuota monetaria. Para las cajas, este grupo poblacional es prioridad, pues el país tiene menos niños y una mayor proporción de personas mayores que requieren acompañamiento permanente.

En salud, el compromiso también es significativo. Las cajas transfieren cerca de $900.000 millones a la ADRES para apoyar el régimen subsidiado, sosteniendo la atención de miles de familias vulnerables. Además, 22 de las 42 cajas del país ofrecen servicios médicos a través de una red de más de 360 clínicas y hospitales, que se concentran en atención primaria.

Guillén advirtió que la incertidumbre frente al modelo de salud obliga a fortalecer capacidades propias para garantizar acceso a los afiliados, sin importar los cambios normativos futuros. “Nuestro reto es asegurar que los servicios sigan llegando”, enfatizó.

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Sobre la reforma pensional, la líder gremial aseguró que es necesario revisar la edad de retiro, que en Colombia es de 57 años para mujeres y 62 para hombres, muy por debajo del promedio mundial, que ronda los 67 años. Para Guillén, esta realidad debe invitar a repensar cómo aprovechar la experiencia de los adultos mayores activos, brindando formación y oportunidades.

En relación con la reforma laboral, señaló que aunque reivindica derechos, se centra principalmente en el empleo formal, dejando por fuera a trabajadores informales. No obstante, destacó que la afiliación de independientes a las cajas ha crecido 20 %, lo que representa una oportunidad para ampliar la protección social en regiones como el Tolima.

La presidenta de Asocajas enfatizó que la sostenibilidad social es hoy un pilar del sistema de compensación. El 69 % de los afiliados gana menos de 1,5 salarios mínimos, por lo que las cajas buscan impulsar movilidad social progresiva que permita asegurar estándares mínimos de bienestar.

Finalmente, Guillén insistió en que las cajas de compensación familiar de todo el país deben mantenerse cercanas a las familias, comprender nuevas necesidades e impulsar soluciones que promuevan salud, educación, cuidado, vivienda y oportunidades para todos. “El bienestar no es un concepto aislado; es la base de una sociedad más justa y resiliente”, concluyó.