Periodismo de análisis y opinión de Ibagué y el Tolima

Destacadas

El crudo testimonio de un exmilitar que cometió falsos positivos en el Tolima

El crudo testimonio de un exmilitar que cometió falsos positivos en el Tolima

Retratos de las víctimas de ‘falsos positivos’ en el Tolima.

Uno a uno, doce exintegrantes del Gaula Militar Tolima y del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), devolvieron las condecoraciones y medallas que obtuvieron por el asesinato de civiles, a quienes pasaron como bajas en combate entre los años 2002 y 2008.

Este es otro de los desgarradores episodios de esa gran tragedia nacional que han sido los falsos positivos: una deleznable práctica de las Fuerzas Armadas, utilizada en su momento para hacer ver a civiles como guerrilleros o delincuentes abatidos en medio de operaciones militares.

Casi dos décadas después, el viernes 23 de mayo del 2025, los victimarios se vieron cara a cara con los familiares de nueve de sus víctimas. El acto restaurativo tuvo lugar en el Museo Panóptico de Ibagué, donde padres, madres, hijos y esposas tuvieron de frente a quienes perpetraron, orquestaron u ordenaron los homicidios de sus seres queridos.

Uno de los verdugos, ahora denominado “compareciente”, fue el exteniente de Ejército Nacional, William Eduardo López Pico, quien entre los años 2005 y 2007 fue comandante de la unidad operativa del Gaula Militar Tolima de la Sexta Brigada. En el año 2011 fue declarado culpable por un juez debido a su participación en los falsos positivos y en el 2023 la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) aceptó su sometimiento a la justicia restaurativa.

Frente a los familiares de las víctimas, pidió perdón y admitió su participación en los crímenes. Concretamente, por sus vínculos con la Masacre de El Totumo, en la que personal del Gaula Militar Tolima asesinó a cinco hombres el 20 de diciembre del año 2006. Hombres que se dirigían a pagar supuestas extorsiones, pero fueron abordados por militares, quienes los hicieron bajar del vehículo, les dispararon a sangre fría y después los presentaron como extorsionistas abatidos.

“Hoy, con el corazón abatido, y la conciencia despierta, cargo una culpa que ni los años ni la distancia han podido disminuir. Estoy aquí, no para justificarme, sino para reconocer ante todo el mundo, con una total honestidad, que contribuí a la destrucción de vidas inocentes en esta tierra (Tolima)”, admitió López Pico.

En su intervención, el exteniente reconoció que cometieron delitos de lesa humanidad. “Fuimos responsables de la muerte de ciudadanos que no tenían ningún vínculo con el conflicto armado que se vivía en el momento. Los asesinamos y los hicimos pasar como delincuentes, bien como miembros de grupos armados o bandas de extorsionistas”, dijo.

Asimismo, aunque en el Panóptico se instaló una exposición alusiva a nueve víctimas de falsos positivos en el Tolima, el exmilitar decidió incluir a cinco más y por todas pidió perdón. Se trata de: Carlos Augusto Villanueva Arcila, Hernando de Jesús Pérez Patiño, Cristian Camilo Rojas Morales, Heliodoro Parada Urueña, Alexander Jaramillo Quitora, Armel Ramírez Lozano, Jeison Méndez Zorro, Rubén Fernando Sánchez Morales, Dorancé Enciso Molina, Marco Antonio Quiroga, Álvaro Enrique Rodríguez Buitrago, Jesús Alirio Lloreda Machado, Alexander Jiménez Gallego y Luis Alfonso Jiménez Gallego.

“Estas personas eran inocentes, no eran combatientes ni objetivos legítimos, eran ciudadanos a quienes les arrebatamos la vida con total arbitrariedad y crueldad”, apuntó el exmilitar.

Por las falsas bajas en combate, a soldados, investigadores y oficiales los condecoraron, entre otras cosas, con la Medalla de la Libertad. Consideraron sus actos como una loable contribución al Estado colombiano. Sin embargo, el 25 de mayo, en el acto del Panóptico, las devolvieron.

“Devolvemos esas condecoraciones porque no las merecemos. Fueron obtenidas al precio de vidas de seres humanos inocentes. Cada una de esas medallas lleva impresa una mentira, un encubrimiento, una herida que nunca debió haberse abierto”, manifestó el exteniente López.

Sin embargo, el exoficial también mencionó lo que muchos otros prefieren callar. Que sus pérfidos actos fueron inducidos por los altos mandos de las Fuerzas Armadas durante los gobiernos del expresidente Álvaro Uribe Vélez.

“Detrás de cada una de estas medallas y distintivos había una presión institucional, una cultura del resultado, una maquinaria que premiaba la muerte sin verdad, a lo que en su momento se celebró como valentía y eficacia. Hoy reconocemos que fue barbarie, un engaño”, acotó.

Los falsos positivos, al igual que para la historia de Colombia, para el exoficial también es una marca indeleble que llevará impresa por el resto de su vida en el alma. “Las noches me pesan, las voces de sus seres queridos no me dejan dormir”, les dijo a los familiares de las víctimas.

Por último, el exoficial envió un mensaje a quienes hoy en día portan uniformes y armas como representantes del Estado. “Aprendan de nuestra vergüenza. No repitan lo que nosotros hicimos. Protéjanse del odio, del cálculo político, del desprecio por la vida, porque defender la patria nunca puede ser sinónimo de asesinar a nuestro mismos pueblo”, sentenció.

Siguenos en WhatsApp

Artículos Relacionados