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Análisis

La lamentable actitud de un periodista minero

La lamentable actitud de un periodista minero

La arrogante y prepotente actitud que asumió el periodista tolimense Silverio Gómez en el debate de la revista Semana sobre el resultado de la consulta popular de Cajamarca, es más que lamentable, es odiosa y propia de un servidor obsecuente al servicio de la multinacional minera.

El menospreció a la actividad que realizan los campesinos fue evidente, al punto que Robinson Mejía, uno de los dirigentes campesinos de la despensa agrícola de Colombia, le pidió respeto para los agricultores y le recordó que si acaso algunos de los sancochos que se ha comido no llevaba arracacha cultivada en Cajamarca.

Extraña la actitud de Silverio Gómez, a quien se le reconoce por sus capacidades, inteligencia, y capacidad de análisis sobre temas económicos. En su caso, asistimos a otra de las tantas frustraciones que hemos tenido en el Tolima, con personas que aparte de gozar de buen prestigio en el plano del conocimiento y bien relacionados en las altas esferas, y que por ello habían podido prestar un magnífico servicio a nuestro departamento, se dilapidaron, por la excesiva soberbia, prepotencia y desbordada ambición personal.

Cuando en su momento el nombre de Silverio Gómez sonó como candidato a la Gobernación del Tolima, algunos creímos que por sus pergaminos, sería un buen gobernante. Cuando llegó a la Cámara de Comercio de Ibagué, nos hicimos ilusiones que había llegado el indicado a hacer un cambio de mentalidad en el sector gremial, pero ni lo uno ni lo otro. Frustrados.

Esa imparcialidad, objetividad y ecuanimidad que exponía, practicaba y enseñaba en El Tiempo, la olvidó totalmente. Ahora observamos a una persona sesgada y parcializada a favor del sector minero; parece que las publicaciones que orienta o asesora en este reglón le han afectado su forma de pensar y su manera de actuar.

Eso de pronunciarse a  favor del desconocimiento de una votación abrumadora en contra de la explotación de La Colosa, es propia de los testaferros, contratistas y servidores de Anglo Gold Ashanti; no queremos pensar que el conocido periodista ibaguereño, por el hecho de tener vínculos con las revistas de minería se haya convertido en un adorador de los becerros de oro.

Pensamos que Gómez, debe regresar por las sendas de la independencia, de un periodismo veraz y objetivo y no de fabricar guiones cargados de intereses de las multinacionales mineras en contra la vocación agrícola de Cajamarca y de nuestro país. Así los campesinos  crean que "el oro es vanidad". 

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