Por José Baruth Tafur G.

*Abogado

Especialista en Marketing Político y Estrategias de Campaña

Maestrante Comunicación Política

¡Del si todos podemos transformar el Tolima! En los últimos años, las mujeres del Tolima, todo hemos visto algo que no pasaba antes: una voz femenina que no temblaba, que no dudaba, que no se escondía detrás de formalismos ni de silencios cómodos. Una mujer que convirtió la lucha contra la violencia de género en una causa institucional, pública y profundamente humana. Esa mujer ha sido Adriana Magaly.

Ella nos enseñó que el poder también puede ser sensible, firme y compasivo. Que la política no es un lugar distante, sino un camino para proteger a quienes sufren en silencio. Bajo su liderazgo, muchas mujeres sintieron —por primera vez— que tenían a alguien en el gobierno que entendía su historia, sus batallas, sus miedos y sus esperanzas. Adriana sembró confianza, sembró sororidad, sembró dignidad.

Pero hoy, inevitablemente, surge una pregunta: ¿Quién tomará su bandera? ¿Quién continuará ese legado de fuerza femenina con líneas democráticas conservadoras que abrió puertas, derribó prejuicios y convirtió la defensa de las mujeres en prioridad?

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La respuesta no es simplemente un nombre. Al revisar objetivamente los resultados y las posturas en el Congreso, encontramos que la representante Delcy, de los azules, ha impulsado proyectos de ley relevantes. Entre ellos, el Proyecto de Ley contra la Violencia Vicaria, que busca reconocer y sancionar la violencia ejercida cuando un agresor utiliza a los hijos u otros seres queridos para dañar, controlar o vengarse de una mujer tras una ruptura, estableciendo medidas de protección y restricciones de custodia. Asimismo, ha apoyado la Ley Olimpia, que tipifica y castiga la violencia digital, en especial la difusión no consentida de imágenes íntimas, el acoso y otras agresiones en línea. Ambas iniciativas fortalecen la protección de las mujeres frente a nuevas formas de violencia y promueven justicia, reparación y mecanismos eficaces de denuncia.

Es así como la mujer que toma las banderas en el Congreso de la República de la Gobernadora Adriana Magaly es Delcy Esperanza Isaza.  Apoyos legislativos que representan un avance hacia un Estado que reconoce, previene y actúa frente a las violencias contemporáneas.

Adriana abrió el camino desde la institucionalidad regional. Delcy lo está consolidando desde el Congreso. Una sembró, la otra está regando para que esa semilla crezca fuerte, firme, imparable.

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Ambas entienden algo que aún muchos no comprenden: que la defensa de las mujeres no es una agenda; es una urgencia. Es una lucha diaria. Es una responsabilidad moral.

Por eso, cuando hoy nos preguntamos quién podría ser el relevo natural de Adriana Magaly ¿quién podría mantener vivo ese liderazgo femenino que protege, inspira y transforma? la respuesta surge con apellido Isaza, si no como reconocimiento.

Porque cuando una mujer abre camino, otra lo continúa, y millones lo recorren. Porque el futuro es más fuerte cuando es femenino. Porque este es nuestro momento.