Por: Fernando Moreno

*Veedor cívico

Michael Foucault fue un adelantado en señalar que el neoliberalismo estaba muriendo y que el arte de gobernar, propio del liberalismo que había funcionado desde el siglo XVIII como un juego de vaivenes o péndulos. Por ello el neoliberalismo que dejó hacer "monopolios, capital y leyes que benefician a los más ricos" acabó con el capitalismo social de la intervención estatal y de la economía con fines redistribuidores. Esa es la confusión de hoy y que tiene desesperada a la derecha, sus fanáticos y sus líderes políticos. ¿Todo por qué?

Por culpa de Petro. Y es que no le está quitando a los pobres para darle a los ricos. Pero a esta confusión se agrega la historia escrita desde el municipio de Yarumal, por cuenta de un cura de apellido Palacio, quien tenía dos biblias, una falsa y una verdadera. En una reposaban las sagradas escrituras y en la otra un espacio vacío donde guardaba un revólver.

El cura, a quien sus confesiones confiaban los pecadores, permitía al hombre de sotana, tomar nota de sus fieles que acudían allí para contar historias de robos, de infidelidades, y otro tanto de cosas malas que puede llegar a cometer el que estaba allí de rodillas en el confesionario. El cura tomaba nota y la entregaba  ‘al apóstol Santiago Uribe’ que no era apóstol porque para ser apóstol había que hacer un voto de pobreza y no de hacendado como lo era tan ilustre miembro principal de la gran mesa apostólica del paramilitarismo, hoy condenado a 28 años de cárcel; todo porque así empezó la masacre.

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Una lista creada desde un confesionario para entregar los nombres de quienes iban a caer en manos de los paramilitares. Pero el domingo pasado a las 8 de la noche pasaron un documental por Señal Colombia para escuchar los testimonios de Juancho Dique, quien fuera uno de los más sanguinarios asesinos de Los Montes de María; y así fue como el Canal del Dique fue la inspiración de algún paramilitar que vio en este personaje sangriento, matar, descuartizar y bañar de sangre el río.

Cruda realidad que obligó a la unidad investigativa de Noticias Caracol a sacar un escándalo, presuntamente en contra del gobierno como una cortina de humo que tenía dos objetivos: tapar las declaraciones del paramilitar y la condena de Santiago Uribe el hermano de como lo llama Paloma Valencia, "el presidente eterno". Como para que los egos de los individuos de derechas no se sientan tan golpeados por tan cruenta noticia.

Ahora los hermanos Uribe esperan dos casaciones, una para ratificar el fallo en la Corte y otra, absolver, pero al final de las historias que cuenta Juancho Dique, puede uno presumir, no la inocencia de los hijos de Alberto Uribe, sino la culpabilidad en los dos casos. Cómo harán, entonces, sus seguidores para comprender que la cuñada y la sobrina de Álvaro Uribe están presas por narcotráfico, cómo harán para entender que Mario Uribe fue condenado por parapolítica; el primo sabe que dónde hable más de la cuenta su pariente lo manda a matar. No crean que es una mentira la historia del doctor cianuro en el crimen de los Pizano por cuenta del escándalo de Odebrecht cuando Néstor Humberto Martínez era Fiscal General de la Nación.

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Pero la confusión los pone a pensar que es más fácil absolver a Santiago Uribe que a Álvaro Uribe, porque el segundo le sacó el cuerpo a la Corte y ahora le toca volverse a sentarse en esos estrados. Qué lástima tener al aboganster Diego Cadena encerrado en la cárcel, ese doctor si sabe tranzar los juicios condenatorios y la compra de testigos para favorecer el buen nombre de la familia Uribe.

La campaña a la presidencia sigue su rumbo, recorriendo el país y las plazas públicas, pero el pasado fin de semana hubo dos concentraciones políticas en Cali y en Manizales. En la primera fueron activistas progresistas con banderas de Palestina como símbolo de rechazo a la matanza y a las declaraciones que dio Abelardo de la ultraderecha, perdón, de la Espriella como política pública: destripar a la izquierda. Entonces, se formó una batalla campal porque esos valientes seguidores del abogado de la mafia quitaron las banderas de los contradictores y por ello la trifulca.

En Manizales esperaban lleno total en la plaza de Bolívar porque allí sí que abundan los conservadores, muy devotos y muy rezanderos, pero ellos ya habían visto al candidato de derechas, afirmar que él era ateo y eso es un insulto a la fe y a la tradición religiosa de los caldenses; así fue como se pudo contar la presencia de 60 personas en la plaza que queda precisamente al frente de la Catedral. Era más fácil cogerlos a la salida de la misa.

El tigre tiene que cazar y el pájaro tiene que volar y por ello en la plaza no encontró las presas, entonces los manizaleños ya entendieron que lo más importante, los relatos de familia y esa familia a la que en el pasado, apoyaron como símbolo de gobernanza conservadora, hoy deja ver que ya no los representa y mucho menos un candidato ateo y defensor de mafiosos. Ellos ya se preguntaron por qué, por qué y por qué?.

Porque ellos ya saben qué decirse y saben que entienden. Y es que los manizaleños van al religo, pero no a tolerar dioses alternativos que en su pasado defendían diablitos que financiaban campañas de derecha. Ya no queremos hombres que le pongan nombre a la muerte para gobernarnos.