Cultura

El arte callejero en Chile se expande sin apoyo del estado y la sociedad

El arte callejero en Chile se expande sin apoyo del estado y la sociedad

 

Por: Sandra Rincón R.

Diversas tendencias han surgido sin embargo no es bien tratado por las autoridades ni la misma sociedad que los “arrincona” sin  otorgarles un justo reconocimiento.

A diario los vagones del metro, principal medio de transporte de los santiaguinos se ve envuelto por  el sonido de guitarras, violines, tamboras, bandoneones y voces de un gran número de artistas callejeros, que han dedicado su vida a darle un estatus a este trabajo  que no ha sido tenido en cuenta por las autoridades de Chile y su capital y que requiere de un tratamiento digno como lo dice Sergio Aguilera, director  de un grupo musical.

Desde 1975 cuando empezaron a rodar las primeras líneas del masivo transporte que recorría de extremo a extremo en este entonces el frio Santiago, se inició tímidamente este trabajo que se fue convirtiendo más popular hace unos 20 años aproximadamente. Pero debido  a la carencia de otras opciones laborales para miles de personas no sólo chilenos sino inmigrantes esta tendencia resurgió velozmente, siendo una de las alternativas de trabajo inmediato.

“Nuestra labor consiste en hacerle la vida un poco grata a ciudadanos del común que se movilizan diariamente y que cargan con los problemas cotidianos”, señala Sergio Aguilera, “sin embargo hay personas a las que les molesta nuestra música” y en muchas ocasiones terminan hasta desconectándoles sus instrumentos musicales”.

“Y es que eso de hacer arte callejero, es algo muy complicado pero cuando se lleva en las venas no importa pese a los problemas que se deban enfrentar”, dice Aguilera quien es director de una banda musical y añade que “, lamentablemente en Santiago y en el resto de Chile no se promueve la música, sumado a ello no hay una organización o sindicato que nos  pueda amparar, porque hace años se presentó un proyecto ante la municipalidad mayor pero quedó en el olvido”.

Por su parte Bernardo, otro artista y director de un grupo de música flamenca añade que “trabajamos en medio de la presión de los carabineros ya que está totalmente prohibido el ingreso de los  músicos a los vagones”, indica que “somos objeto de multas o partes y  en muchas ocasiones la autoridad llega hasta nuestro domicilio para advertirnos de dicha prohibición, personalmente yo tengo una cantidad de partes acumulados”, señala con una sonrisa en su cara.

“La música no hace mal a la humanidad y por el contrario es fomentar la cultura un tanto olvidada por el Estado, dice este hombre quien lleva en hacer arte callejero no sólo en el metro sino en el Transantiago más de seis años”.

“Sabemos que de esto no se vive, pero estamos trabajando para nosotros y no para segundos que buscan siempre llevarse las ganancias”.

Pero no sólo cualquier propio o extraño que ingrese a este país puede apreciar el arte callejero al interior del metro,  prácticamente han surgido grupos de teatro, musicales con diversas tendencias, de arte y de canto en los paseos, plazas, calles y avenidas más concurridas, y pese a las estaciones climáticas que tiene este país no es problema porque de lo que se trata es de trabajar sea a bajas o altas temperaturas durante el año y conseguir unas monedas para la subsistencia, declaran algunos de los que hacen parte del arte callejero.

No es raro avistar colombianos, venezolanos, argentinos y peruanos entre otros, poniendo el swing en cada uno de los rincones de esta ciudad que se ha internado en el estrés y el quehacer cotidiano, pues al llegar a este país se desencantan porque no les es fácil ubicar una “pega” o trabajo bien pago  y optan finalmente por aprender a interpretar un instrumento  o realizar alguna labor callejera.

De todas maneras dicen quienes están en esto que además de ser una fuente de trabajo es una expresión cultural que no se queda estática, sino que se moviliza de un sitio a otro.

Los colombianos que han logrado sostenerse con este trabajo, indican  que en muchas ocasiones no se les ve de buena manera y que la competencia es grande ya que se encuentran al interior de metro con varios grupos musicales, que les podrían quitar aquellas monedas para su sustento, sin embargo declaran que continúan dando a conocer el folclor , la cultura y las raíces de la misma, “ya que nuestra música y nuestras canciones son bien recibidas y tarareadas por un gran número de pasajeros que abordan este sistema” .

Pese a ser bien recibido por unos y no por otros, el arte callejero al interior del metro continuará, aunque las autoridades traten de mantener  el orden en las congestionadas estaciones y surgirán más grupos con nuevos ritmos.

Los artistas esperan que algún alcalde o autoridad de la municipalidad de Santiago se tome el trabajo de aprobar un proyecto que les dé el estatus que merecen y se conforme un sindicato libre de intereses para respaldar esta noble labor  como es la de ser artista callejero.

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